"Educad a los niños y no será
necesario castigar a los hombres"
Pitágoras
Los tiempos que corren son duros y la palabra necesidad está
en la boca de todos. Los que más y los que menos buscan un modo de subsanar el
gran daño social que es evidente a los ojos de cualquiera que se limite a mirar
el mundo en que se vive.
Hay quien diría que es necesario una acción rápida que
mejore nuestra situación, mientras que otros dirían que ya es tarde para
rectificar. Dejando a un lado diferencias apocalípticas, ambos sujetos
coincidirían, quizá sin saberlo, en el punto que se expone en este ensayo.
Si bien es cierto que ya hay cosas insalvables, no está todo
perdido y, desde luego, aún hay posibilidades para el futuro, esas generaciones
que acaban de llegar o están de camino y merecen la oportunidad de vivir
tranquilas.
Habrá gente muy reacia que, viendo cómo marchan las
juventudes de hoy en día, dominadas por el ausentismo escolar, la tecnología
facilitadora y aislante, el inicio temprano en la edad adulta y esa mirada
característica advirtiendo de que está perdonando vidas, se negarán a pensar
que en ellos exista una alternativa real de futuro sostenible.
Pero la realidad es otra. La cantidad de jóvenes-adultos
que, después de años de precariedad, ha decidido estudiar para labrarse un
futuro más prometedor e independizado es cada vez más alta y esto, lejos de
indagar en los motivos, deja bien clara una cosa: se puede cambiar esa visión
dañada del mundo y su existencia que tienen los jóvenes, pero hay que darse
prisa.
Los llamados miembros de la Generación X no pueden sino
esperar a sentar la cabeza o ser felices con lo que la vida les da, pero
aquellos que empiezan a adentrarse en la vida social, que empiezan el colegio y
su gestación como personas son todavía salvables. He aquí la necesidad social
que es quizá más importante hoy en día: Enseñar a nuestros hijos a vivir
conscientes de lo que les rodea, con una visión de conjunto, sabiendo que
heredarán el mundo que quieran construir y alejados de una tecnología
asfixiante que nos aleja de lo humano.
Para ello, serán necesarias ciertas intervenciones en
educación primaria, en vida comunal, en espacios públicos verdes y
naturalizados y, en definitiva, todo lo que sea necesario para crear, partiendo
de esos inocentes niños, hombres sanos que dejen atrás de una vez por todas
todos esos valores individualistas y competidores que tanto han marcado a toda
nuestra sociedad.
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