lunes, 13 de febrero de 2012

La mayor necesidad social


"Educad a los niños y no será
necesario castigar a los hombres"
Pitágoras

Los tiempos que corren son duros y la palabra necesidad está en la boca de todos. Los que más y los que menos buscan un modo de subsanar el gran daño social que es evidente a los ojos de cualquiera que se limite a mirar el mundo en que se vive.

Hay quien diría que es necesario una acción rápida que mejore nuestra situación, mientras que otros dirían que ya es tarde para rectificar. Dejando a un lado diferencias apocalípticas, ambos sujetos coincidirían, quizá sin saberlo, en el punto que se expone en este ensayo.

Si bien es cierto que ya hay cosas insalvables, no está todo perdido y, desde luego, aún hay posibilidades para el futuro, esas generaciones que acaban de llegar o están de camino y merecen la oportunidad de vivir tranquilas.

Habrá gente muy reacia que, viendo cómo marchan las juventudes de hoy en día, dominadas por el ausentismo escolar, la tecnología facilitadora y aislante, el inicio temprano en la edad adulta y esa mirada característica advirtiendo de que está perdonando vidas, se negarán a pensar que en ellos exista una alternativa real de futuro sostenible.

Pero la realidad es otra. La cantidad de jóvenes-adultos que, después de años de precariedad, ha decidido estudiar para labrarse un futuro más prometedor e independizado es cada vez más alta y esto, lejos de indagar en los motivos, deja bien clara una cosa: se puede cambiar esa visión dañada del mundo y su existencia que tienen los jóvenes, pero hay que darse prisa.

Los llamados miembros de la Generación X no pueden sino esperar a sentar la cabeza o ser felices con lo que la vida les da, pero aquellos que empiezan a adentrarse en la vida social, que empiezan el colegio y su gestación como personas son todavía salvables. He aquí la necesidad social que es quizá más importante hoy en día: Enseñar a nuestros hijos a vivir conscientes de lo que les rodea, con una visión de conjunto, sabiendo que heredarán el mundo que quieran construir y alejados de una tecnología asfixiante que nos aleja de lo humano.

Para ello, serán necesarias ciertas intervenciones en educación primaria, en vida comunal, en espacios públicos verdes y naturalizados y, en definitiva, todo lo que sea necesario para crear, partiendo de esos inocentes niños, hombres sanos que dejen atrás de una vez por todas todos esos valores individualistas y competidores que tanto han marcado a toda nuestra sociedad.

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